Vivimos una profesión cargada de términos y matices que, reconozcámoslo, a veces se hacen imposibles de definir sin invadir la semántica de otros tantos.
Cuando trato de explicar algunos de estos términos me dejo llevar por una simplificación radical:
- Usabilidad significa Testing.
- Diseño centrado en el usuario significa User Research.
- Experiencia de usuario significa Transformar.
- Diseño de Interacción es Comunicación.
Podré estar más o menos acertada, pero a veces resulta vital ser así de contundente ya que en las empresas ‘tochas’ que buscan constantemente afinar con sus procesos hay preguntas recurrentes en lo que a los departamentos de User Experience se refiere:
- ¿Estamos haciendo las cosas bien?
- ¿Son nuestros productos usables?
- ¿Hemos adoptado las prácticas del DCU?
- ¿Es esta la UX que espero para mis productos?
- ¿Están mis diseñadores añadiendo valor?
- Etc. etc.
La respuesta a esas preguntas se torna fácil y franca: ¿conoces a tus usuarios? ¿estás tomando decisiones en base a ese conocimiento? ¿pueden decirte si estás acertando con la solución? ¿has influenciado para bien en su uso y relación con la tecnología? ¿tu equipo de UX es el mejor canal entre Producto, Desarrollo y Usuarios?
Por otra parte hay indicadores que nos pueden ayudar a saber cómo de cerca o lejos estamos de convertir estas cuestiones en realidades. Nuevamente, en un afán muy simplista, suelo ver a ciertos ‘roles’ como aliados que, si dejaran de serlo, nos pondrían las cosas muy difíciles:
- Márketing y Ventas.
- Desarrollo y Arquitectura.
- Product Ownership y Project Management.
Ésto es sólo una opinión (la mía), pero recuerda:
Si te incomoda, es arte.